llegué hasta el santa isabel
entré al pasillo del shampo
y me llevé uno amarillo.
Hoy al bañarme y lavarme el pelo lo olí
y llegaste tu de pronto a mi ducha.
Es la pareja del bálsamo que me tenías en tu casa
y que yo combinaba con tu shampo capilatis de ortiga
para que no me costara tanto desenredar mi pelo largo
y que me encantaba porque es cítrico y fresco,
"como tú caracola" me decías siempre
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