viernes, 23 de diciembre de 2011

Saldos

* moretón en la rodilla
* chichón en la cabeza
* una extraña manchita sobre el párpado derecho
* un rasguño en la pierna izquierda
* toda mi ropa mojada dentro de mi mochila
* 16 llamadas perdidas en mi celular
* qué era y dónde quedó mi regalo del amigo secreto
* cómo y cuando se fue toda la gente
* por qué terminamos juntos en la piscina cuando ya no había sol
* por qué me bañaba con sostén en vez de mi traje de baño
* en qué momento fueron tomadas todas esas fotos que aparecieron hoy
* cuanto tiempo bailamos junto a la mesa de pool
* si dormí un rato en la tarde en tu hombro
* por qué en los semáforos en rojos nos besábamos tan rico

sábado, 3 de diciembre de 2011

No pasa nada miamor,
simplemente sigue mi melodía, como si te deslizaras sobre la espalda de una mujer
Mariano desnudándose lentamente y cayendo sobre mi mientras yo apagaba las luces y dejaba las persianas a medio cerrar para que el sol rojo le pintara el cuerpo como a una cebra salida de un infierno agradable; un infierno donde los demonios rezan en paz

domingo, 27 de noviembre de 2011

las tres noches al desvestirme
colgué mi sostén en el mismo platillo de tu batería
y al otro día siempre lo encontré dentro de mi maleta
rodeado por una cintita azul

miércoles, 23 de noviembre de 2011

en la noche sacabas las trabitas negras de mi pelo porque temías que me hicieran daño...

sábado, 19 de noviembre de 2011

máximas

sanar
.
rescatar la dulzura de los momentos
.
atesorar los juegos que nos volvían risueños sintiendo que ese era el lugar perfecto
.
guardar lo bello
.
volver a sanar
.
pensar en cómo eramos en el comienzo
.
y cómo nos encantamos
.
.
.
convencerme pensando en el para qué
.
tragarme la acidez de mis incursiones impertinentes en tus mundos privados
.
y avanzar



la nota que no te dejé sobre la mesa junto a mis tres llaves

Este adiós no maquilla un hasta luego.
Este nunca no esconde un ojalá.
Todo pasa y todo queda
y hoy tu te haces chiquitito, como antes,
tanto como para guardarte bien adentro y para siempre
en algún antiguo lugar común de los tantos que olvidaste.

viernes, 4 de noviembre de 2011

no quiero que oscurezca otra vez en esa cama
que se prenda el farol mientras cuelgo nuestra ropa húmeda
y me llames a conversar.
Sentarme como indiecita boba con bata celeste,
dispuesta a escuchar lo que sea
menos esas palabras que eliges,
frases y conclusiones de un par de semanas en las cuales yo no aparezco
y de pronto, viéndote cómo sujetas tu cabeza, mirando hacia abajo
me pregunte por qué soy convocada a mi propio exilio.

Por eso salgo,
espero las veinte treinta horas en que esto ocurre todos los días jueves desde ese jueves en nuestra habitación y me arranco mejor, antes de llorar.


lunes, 10 de octubre de 2011

creo en mi corazón siempre vertido
pero nunca vaciado

domingo, 9 de octubre de 2011


En el final del closet encontré arrugada tu polera azulina que tiene bordada con cuatro animales egipcios tu nombre breve. me la dejé puesta para dormir.

miércoles, 20 de julio de 2011

tengo miedo que cuando llegue la cama grande ya no duerma en tu brazo, cerca de tu corazón, y que la cama de plaza compartida por meses sea un recuerdo.

jueves, 23 de junio de 2011

y tu nariz de bototito?

domingo, 29 de mayo de 2011

esa gotita alojada en tu labio inferior, me va a matar

domingo, 22 de mayo de 2011

Sentir que me duele el alma dejarte acostado en mi cama por las mañanas, con tu pelo revuelto, tus quejiditos al acomodarte, tus ronquidos mínimos, con tus besos de despedida con esa boca tan hinchada y tibia.

viernes, 20 de mayo de 2011

verte inevitablemente en todos los tipos en bici de gran avenida, almirante lynch, comandante whiteside, san nicolás y sentir un miedo importante.



lunes, 11 de abril de 2011

Lunes
07:32
línea 2

me siento y veo tu mochila en frente mío.....................................................

y muero un poquito sin prisa y con dulzor

domingo, 3 de abril de 2011

República con Sazié:

¿Compartamos un Valparaíso en pleno Santiago Centro?

jueves, 31 de marzo de 2011

La partida

Caminé algunas cuadras tras un niño pequeño que iba entre dos adultos, sosteniendo sus manos.
Sin saberlo, llegamos al mismo lugar:

Estabas de terno y corbata -como en una foto que circula en internet de alguna licenciatura-
Te casabas
pasé por tu lado, dijiste "es un día más".
Presencié parte del rito a lo lejos, mientras esperaba a quien no llegó.

El niño eras tú y tu madre estaba junto a ti otra vez.




Gabriel escucha en el comedor la partida, tu sonido del año pasado, y de golpe recuerdo mi sueño de siesta, y pienso que quizás no tan sólo marzo se va hoy.



Plaza de la ciudadanía
finales de marzo, principios de abril, dos puntos

sentados en las escaleras
te propongo esa noche,
llevaba tu cortaviento gris

subsuelo de la moneda
regalo sorpresa:
compras la mujer de la divinidad mapuche,
que mientras nos besábamos en tu casa
sacaste de un saquito de terciopelo negro.

tu cama estaba a un costado de la cocina
con un cenicero lleno de colillas

en adelante nunca más
volvió a estar donde mismo

sábado, 26 de marzo de 2011

Tu Elegancia Matutina
nadie la conocía

tampoco que el sonido de la gotera en la cocina induce tu sueño
y que al despertar tu labilidad te hace llorar con facilidad por un cuento de niños en Hiroshima.

miércoles, 16 de marzo de 2011

cumming con catedral: viniste

tu cara en tono verde /tu cara en tono rojo/ en amarillo no, tus dedos si, 3 al hilo conté.
escuchas, hablas, no entiendes, te acomodas, coincides, te aburres, te vas.
hace un año de todo y cómo quisiera que me pillara de pie.

mutismo selectivo se llama lo nuevo que aprendí hoy

miércoles, 26 de enero de 2011

en las noches las letras se me hacen blandas, y es cuando más pienso en ti, mientras mexiqueas por alguna callejuela, y ni siquiera mandas un mail para saber si tu avión arribó o se cayó al mar.
tienes un corazón bien ingrato, querido

domingo, 23 de enero de 2011

Me acuerdo de una tarde de supermercado. Volábamos alto y me compraste una toalla morada y un bálsamo de lima limón para cuando me quedara contigo. La primera vez que me metí en tu tina me lavé el pelo hacia abajo, como peinandolo, para no enredarlo.
Otra vez de esas en que pasábamos todo el día retozando en la cama y nos bañábamos para salir a comprar algo rico para la once, me desenredaste el pelo como a una niña y me lo secaste largo y muy suavemente con el secador, era invierno.
Siempre me sacaste en brazos de la tina, envuelta en mi toalla que guardabas en una bolsita en tu closet.
Contigo me di mi primer baño de tina, con sales y una espumita azul.