domingo, 27 de noviembre de 2011

las tres noches al desvestirme
colgué mi sostén en el mismo platillo de tu batería
y al otro día siempre lo encontré dentro de mi maleta
rodeado por una cintita azul

miércoles, 23 de noviembre de 2011

en la noche sacabas las trabitas negras de mi pelo porque temías que me hicieran daño...

sábado, 19 de noviembre de 2011

máximas

sanar
.
rescatar la dulzura de los momentos
.
atesorar los juegos que nos volvían risueños sintiendo que ese era el lugar perfecto
.
guardar lo bello
.
volver a sanar
.
pensar en cómo eramos en el comienzo
.
y cómo nos encantamos
.
.
.
convencerme pensando en el para qué
.
tragarme la acidez de mis incursiones impertinentes en tus mundos privados
.
y avanzar



la nota que no te dejé sobre la mesa junto a mis tres llaves

Este adiós no maquilla un hasta luego.
Este nunca no esconde un ojalá.
Todo pasa y todo queda
y hoy tu te haces chiquitito, como antes,
tanto como para guardarte bien adentro y para siempre
en algún antiguo lugar común de los tantos que olvidaste.

viernes, 4 de noviembre de 2011

no quiero que oscurezca otra vez en esa cama
que se prenda el farol mientras cuelgo nuestra ropa húmeda
y me llames a conversar.
Sentarme como indiecita boba con bata celeste,
dispuesta a escuchar lo que sea
menos esas palabras que eliges,
frases y conclusiones de un par de semanas en las cuales yo no aparezco
y de pronto, viéndote cómo sujetas tu cabeza, mirando hacia abajo
me pregunte por qué soy convocada a mi propio exilio.

Por eso salgo,
espero las veinte treinta horas en que esto ocurre todos los días jueves desde ese jueves en nuestra habitación y me arranco mejor, antes de llorar.