Te escojo como mi compañero porque eres el hombre absoluto: colmas, revives, alegras, cuidas, imaginas, enterneces, juegas, reparas, abrigas, sumas, proteges, embelleces, sanas, creas y amas. 

La lamparita de noche ilumina tu imagen de hombre recostado sobre la cama, entrando sin querer en el sueño. El domingo pasado no estabas aquí, y yo no tenía estas ganas locas de terminar de trabajar en el escritorio para ir a dormir en tu pecho tibio, mientras me desenredas el pelo y me besas la frente con chasquilla. Me gusta que estés rondando mi espacio, no quiero que te vayas nunca.

no quiero que te vayas sin enseñarme a hacer un queque o los calzones rotos, o a tejer bufandas...

llegas así no más, con tus ojos amarillos, tus pecas y tu voz ronquita a colmarlo todo aquí.

se te quedaron tus lentes negros de sol arriba de mi librero y una cartita de amor en hojas de cuaderno de matemáticas que dice: tío de múcica, gracias por las melodías,  entre unas montañas, un cielo y un prado

la poda del parrón el último día de marzo, con llovizna, neblina y sin mamà

no me tuteas y terminas tus frases con un "pues"